Recorremos Caladrones .

     Nuestra protagonista de hoy nació en casa Chirona de Caladrones.  Amallia nos cuenta que de las casi 40 casas del pueblo sólo viven fijos en estas: Pachaco, Dominga, Teresa, Chusepa, Vilá, Climent, Menal, Taberné, Mauri, Avellana, Parribera, Clua, Romeu, Carpinté, Bernandina y Casa Escuela. En las dos últimas los actuales dueños no descienden del pueblo, o como dice Amalia, son forasteros.

     Se celebraban 3 fiestas durante el año: 15 de agosto, 17 y 20 de enero. La fiesta mayor era y es , para la virgen de agosto La Asunción.

     Para San Antonio Abad, toda la vida, la víspera se pasa a recoger donativos por las casas y se subastan. Hoy, todavía se consiguen más de 1000 euros con las pujas.

     Antiguamente, para San Sebastián tres cofrades se encargaban de hacer un caldero de judías. Cada casa iba a buscar una olla. Esta tradición se extinguió  a la par que se deterioraba el caldero de cobre. Ahora, el 20 de enero se celebra una misa donde los cofrades donan un pan  a cada asistente. Y a la salida de la iglesia, se sigue repartiendo torta bendecida.

     El lunes de Pascua sigue siendo costumbre ir de romería a la Virgen de Terrés, que está a una hora del pueblo. Después de la misa de las 12 se asa carne que se acompaña de ensaladas. En el postre no  puede faltar la mona.

     Cuando Amalia era pequeña, en el pueblo había: carpintería, herrería, panadería, tienda y carnicería. Los panaderos eran los de casa Chil. En casa Chusepa, estaba la carnicería donde se mataba un cordero cada semana para abastecer a los del pueblo. Y por último en casa Piniés estaba la tienda, que a su vez hacía las funciones de bar.

      La hereva de Chirona recuerda con alegría la llegada de la luz al pueblo. Era pequeña cuando se contrató un cantador de Santa Lecina, para hacer una fiesta con varias rondas para celebrarlo. El agua la iban a buscar con caballerías a la font, que estaba a unos diez minutos del pueblo. Para lavar, iban andando durante media hora a una balsa, donde en invierno salía el agua caliente.

      Amalia recuerda su juventud muy alegre y divertida. Se hacía baile muchos días. En el pueblo había dos músicos: un guitarrista y un violinista, que tocaban cuando la juventud se lo pedía. 
     A fecha de hoy, en Caladrones deben vivir unas 35 personas. Estas, se reúnen en "El rincó de tots" , un local social que impulsó mosen Chuan.

                   
     Si queréis conocer este enclave, ya sabéis.

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